0comments

Glaucoma

EL GLAUCOMA ES EL LADRÓN SILENCIOSO DE LA VISIÓN. LA MITAD DE LAS PERSONAS CON GLAUCOMA NO SABEN QUE LO PADECEN.

El glaucoma es una enfermedad que daña el nervio óptico. El nervio óptico está en la parte de atrás del ojo y conecta el globo ocular al cerebro. El nervio óptico es el que envía las señales de luz al cerebro, de tal manera que podamos ver. Usualmente, hay un problema en el drenaje del humor acuoso y esa cantidad de fluído extra dentro del ojo aumenta la presión intraocular, dañando el nervio óptico.

El glaucoma es la segunda causa de ceguera a nivel mundial y de las principales causas de ceguera en las personas mayores de 60 años. Sin embargo, la ceguera por glaucoma se puede prevenir con un tratamiento temprano.

Tipo de Glaucoma

Hay 2 tipos principales:

El glaucoma primario de ángulo abierto

Es el tipo más común de glaucoma. Ocurre gradualmente, con un drenaje del ojo que no es tan eficiente y el aumento de la presión intraocular resultante va dañando progresivamente el nervio óptico. Este tipo de glaucoma no es doloroso y no causa cambios en la visión al inicio.

Algunas personas tienen glaucoma con presiones oculares que están dentro de límites normales, esos casos son más difíciles de diagnosticar, por lo cual hacer un fondo de ojo de forma regular para detectar tempranamente cambios en el nervio óptico es de suma importancia.

Este tipo de glaucoma NO da síntomas por los que se llama ladrón silencioso de la visión. La mitad de las personas con glaucoma no saben que lo padecen. Los exámenes regulares ayudan al oftalmólogo a encontrar esta enfermedad antes de perder visión.

El glaucoma de ángulo cerrado

Esto ocurre cuando el iris está muy cercano al drenaje del ojo. El iris puede tapar la zona del drenaje. Cuando esto sucede de forma súbita se produce un aumento rápido de la presión intraocular, lo que llamamos ataque agudo de glaucoma. Esto es una verdadera emergencia oftalmológica y si no se atiende pronto puede haber pérdida permanente de la visión en el ojo afectado.

Estos son los signos de un ataque agudo de glaucoma:

–       Su visión se vuelve borrosa súbitamente

–       Tiene dolor ocular severo

–       Tiene dolor de cabeza

–       Náuseas

–       Vómitos

–       Se ven “halos de colores” alrededor de las luces

Muchas personas con glaucoma de ángulo cerrado lo desarrollan más lentamente, a esto se le llama glaucoma crónico de ángulo cerrado. Al inicio no hay síntomas. El glaucoma de ángulo cerrado puede llevar a la ceguera en cualquiera de sus formas si no se trata a tiempo.

Causas de Glaucoma:

  • Herencia
  • Inflamación
  • Trauma
  • Cirugías previas
  • Uso crónico de esteroides
  • otras

¿QUIÉNES TIENEN MAS RIESGO DE PADECER GLAUCOMA?

Algunas personas tienen más riesgo de padecer glaucoma, por ejemplo:

  • Mayores de 40 años
  • Si tienen familiares con glaucoma
  • Afrodescendientes o hispanos
  • Presión intraocular alta
  • Ser miope o hipermétrope
  • Antecedente de trauma ocular
  • Tener córneas delgadas en el centro
  • Tener nervios ópticos con copas grandes
  • Diabéticos, migrañosos, tener problemas circulatorios

EL DIAGNOSTICO DEL GLAUCOMA

 La única manera segura de diagnosticar el glaucoma es con un examen oftalmológico completo. La sola toma de la presión intraocular no es suficiente.

Durante un examen para descartar glaucoma se deberá:

  • Tomar la presión intraocular
  • Inspeccionar el drenaje del ojo con un lente de gonioscopía
  • Examinar el nervio óptico
  • Hacer campos visuales (en caso de sospecha)
  • Medir el grosor de la córnea (en caso de sospecha)
  • Tomar fotos de los nervios ópticos ( en caso de sospecha)

EL TRATAMIENTO DEL GLAUCOMA

El daño producido por el glaucoma es permanente, no se puede revertir. Sin embargo, los medicamentos, el láser y la cirugía ayudan a detener el daño.

MEDICAMENTOS

Usualmente, se puede controlar el glaucoma con solo gotas. Usándolas diariamente, estas gotas ayudan a bajar la presión intraocular. Sin embargo, pueden tener efectos secundarios como:

  • Sensación de ardor
  • Ojos rojos
  • Cambios en las pulsaciones o la frecuencia cardíaca
  • Disminuir los niveles de energía
  • Cambios respiratorios
  • Boca seca
  • Visión borrosa
  • Crecimiento de las pestañas
  • Cambios en el color de los ojos y de la piel alrededor de los ojos

Es importante que el médico sepa todos los medicamentos que el paciente toma. Nunca suspenda un medicamento sin antes consultar con su oftalmólogo.

CIRUGIA LASER

 Hay dos tipos principales de cirugía con láser:

  • La trabeculoplastía: se usa en pacientes con glaucomas de ángulo abierto. El láser contribuye a que el drenaje del ojo sea más eficiente.
  • La iridotomía: se hace en pacientes con glaucoma de ángulo cerrado. Se hace un pequeño agujero en el iris y esto ayuda a abrir el drenaje que estaba cerrado.

CIRUGIA EN SALA DE OPERACIONES

  • MIGS: Cirugía microinvasiva, hay dispositivos médicos muy pequeños que hoy en día se colocan en el drenaje del ojo para hacerlo más eficiente. Usualmente, se colocan en el mismo momento que la cirugía de catarata.
  • TRABECULECTOMIA: El cirujano crea un flap delgado en la esclera( la parte blanca del ojo) y una ampolla (especie de bolsa) en la conjuntiva llamada ampolla de filtración. Usualmente esta ampolla está escondida bajo el párpado superior y no se ve. El humor acuoso es drenado hacia esa ampolla y a partir de ahí el líquido es absorbido por los tejidos alrededor del ojo, bajando la presión intraocular.
  • IMPLANTES DE DRENAJE: Los implantes de drenaje tienen un tubo muy fino que es insertado en el ojo. Este tubo envía humor acuoso a un área colectora (llamada reservorio) que queda debajo de la conjuntiva. A partir de ahí el líquido es absorbido por los tejidos del ojo y los vasos sanguíneos.

SU PAPEL EN EL TRATAMIENTO DEL GLAUCOMA

    El tratar el glaucoma de manera exitosa requiere de un esfuerzo conjunto entre el médico y el paciente. Es importante seguir correctamente las instrucciones de su oftalmólogo y usar las gotas tal y como le indicaron.

El tratamiento del glaucoma requiere de controles regulares. Normalmente se requiere de citas cada 3 a 6 meses. Sin embargo, esto puede variar dependiendo de su situación particular.

Si usted tiene cualquier duda respecto a su tratamiento o sus ojos hable directamente con su oftalmólogo.